domingo, 1 de agosto de 2010

Epidemias en la villa de Berganzo

Pretender analizar las epidemias que ha sufrido un pueblo como Berganzo es complicado; hay poca documentación y, a veces, la muestra comparativa es tan pequeña que resulta imposible adivinar a que se debieron las muertes de cada periodo. Aún así trataremos de aproximarnos a las epidemias que se pudieron sufrir desde el s.XVII hasta mediados del s.XIX. Acercándonos más a nuestros días las grandes epidemias son más atenuadas debido a la mejora de la medicina, la higiene y la sanidad en general.
Como decimos no podemos hablar de Berganzo, un núcleo de población excesivamente pequeño, sin referirnos a las unidades a las que pertenece. Trataremos de hacer una visión global para acercarnos, después, a las repercusiones que estos hechos tuvieron en la villa. Además esto nos servirá para comparar si dichas epidemias “globales” causaron más o menos “daño” en este pequeño núcleo.

El cólera
El cólera es una enfermedad diarreica grave. Se considera endémica de la India y de otros países tropicales. La entrada en Europa, en las primeras décadas del s.XIX, pudo ser procedente de la India. Esta enfermedad está provocada por la bacteria Vibrio Cholerae y produce vómitos y, como decimos, diarreas agudas que provocan la deshidratación del paciente. A veces se ve acompañada por dolor abdominal y fiebre moderada. La diarrea y los vómitos producen la perdida de minerales que agravan la deshidratación. El tratamiento deberá ser a base de rehidratación con sueros que contengan sodio, cloro, potasio y bicarbonato. Estos tratamientos, principalmente por desconocimiento, no se aplicaban hasta la segunda mitad del s.XIX con la llegada de los grandes avances médicos.
Como decimos esta bacteria se suele encontrar en climas cálidos y de hecho en Europa su afectación se reduce a los meses de verano, desde mayo-junio hasta septiembre-octubre. Los medios de transmisión son principalmente por vías acuosas. El agua de consumo se vería contaminada con restos de heces y vómitos de contagiados que infectarían a más gente en un bucle continuo. Debemos observar que las redes de abastecimiento de agua tal y como las entendemos hoy en día no existían y que, sobretodo, las aguas fecales eran “tiradas” por las ventanas de las casas creando un caldo de cultivo ideal para este tipo de enfermedad. Con este panorama cualquier intento de hidratación con agua higiénica era poco menos que imposible.
El periodo de incubación normal del Vibrio Cholerae es de entre 2 a 3 días, pudiendo oscilar entre las 5 horas y los 5 días. Podemos suponer que las medidas higiénicas sanitarias eran realmente escasas y por tanto el sanitario (médico, cirujano o practicante) no haría más que extender la epidemia por el núcleo urbano al que trataba de sanar. En los hogares, debido al desconocimiento, el contagio era prácticamente del 100% y sólo el índice de mortalidad, cercano al 50% sin tratamiento adecuado, permitía la supervivencia.
Las autoridades españolas trataban de prepararse para evitar epidemias y ya en 1796 promulgó una orden por la que los enterramientos deberían ser fuera de las iglesias (no olvidemos que hasta entonces estas se hacían en el suelo del edificio eclesiástico) y alejados de los núcleos urbanos. Se encontró con la oposición de la iglesia y de los propios ayuntamientos que se negaban a acometer el coste de cementerios extramuros. Sólo los años posteriores con el cólera afectando de forma horrible a España hicieron que el miedo de los ciudadanos obligase a llevar a cabo esta mandato de la corona, pero realmente no se haría hasta 1850 aproximadamente. También se trato de evitar los funerales “de cuerpo presente”, pero con poco éxito ya que esta costumbre ha llegado prácticamente hasta nuestros días.
La llegada del cólera a España fue similar a otras zonas a pesar de los intentos de la corona por evitarla. Después de diversas epidemias en India durante la segunda década del s.XIX en 1830 la epidemia llegó al Imperio Ruso por donde infectó a Paris en 1832. En España las autoridades competentes trataron de aislar al país de la enfermedad fumigando en las fronteras de Guipúzcoa. Pero la enfermedad llego por barco a Galicia los primeros días de 1833 (casi un año después de su llegada a Paris) y en agosto de ese mismo año entró también desde Portugal y ya en septiembre se extendía por Andalucía y parte de Castilla La Mancha. El invierno aletargó a la bacteria que volvió a retomar su escalada mortal en la primavera de 1834 llegando a Madrid y Burgos en junio de ese mismo año. Por el Mediterráneo entró otro foco de contagio que infectó Valencia y Cataluña. Como colofón la primera guerra civil carlista obligó a desplegar un regimiento de soldados que desde Andalucía debía de llegar al País Vasco propagando el cólera por toda la geografía española. Se estima que el total de fallecidos en España pudo llegar a los 300.000. En total en Álava murieron en esta epidemia 400 personas, de un total de unos 1600 infectados, en un brote que duró desde agosto hasta noviembre. En la villa de Berganzo en ese año murieron 14 personas (cuando 8 era la media de años anteriores) de los cuales 13 murieron entre el 11 de junio y el 24 de octubre.
La epidemia de 1855 fue bastante más virulenta. Comenzó de nuevo en Vigo y se extendió rápidamente por las guerras internas que movilizaban soldados por todo el país. En España murieron 240.000 personas. En Álava hubo 8600 infectados y 1900 fallecidos desde abril hasta diciembre. En Berganzo murieron 35 personas (cuando 10 era la media de fallecidos de años anteriores) 32 entre el 4 de abril y el 23 de noviembre. La mayor mortalidad se dio en del 28 de junio al 13 de julio (apenas dos semanas) con 14 fallecidos varios de ellos de la misma familia. De estos fallecidos 13 fueron menores de 6 años.
La epidemia de 1865 en Berganzo murieron 22 de una media de años anteriores de 11 fallecidos anuales y en el epidemia de 1885 no encontramos datos especialmente significativos con 14 muertos.
Debemos considerar además que entre septiembre de 1873 y septiembre de 1874 murieron 30 personas en Berganzo y la verdad es que no encaja demasiado con ninguna epidemia de cólera estudiada. No obstante es un dato inquietante con 4 muertos el 13 de marzo.

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